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ILSE KOCH, LA NAZI SÁDICA Y ASESINA

ILSE KOCH, LA NAZI SÁDICA Y ASESINA

Esa es la historia de Ilse Koch, nacida en Alemania en 1906 se vinculó 1932 al partido Nazi logrando escalar rápidamente convirtiéndose en secretaria y afiliada de las SS.

Así mismo, Heinrich Himmler, jefe de las SS puso la mirada en esta joven con personalidad arrolladora y carácter fuerte; eligiéndola como esposa de uno de sus ayudantes principales, el coronel Karl Koch, comandante del campo de concentración de Sachsenhausen. En 1936 se casaron y se trasladaron a Buchenwald, uno de los mayores centros de exterminio nazi. Fue en este lugar donde se dieron cita las más macabras atrocidades de la pareja Koch.

Este no era un matrimonio de amor; era un matrimonio arreglado, para extender el fascismo y exterminar al pueblo judío.

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Entre los muros del campo de concentración, Ilse Koch, aplicó diversas técnicas de castigo y tortura, ganándose el sobrenombre de la “perra de Buchenwald”. Como castigo a los prisioneros esta mujer daba latigazos que estaban compuestos por fragmentos de cuchillas de afeitar. También, utilizaba hierro encendido para marcar a los reos o aplastaba sus dedos hasta romper todas las falanges. Ilse tuvo al mejor profesor para estas torturas inadmisibles, su esposo Karl Koch fue el encargado de enseñarle todos los rituales de dolor y sacrificio.

Pero el verdadero terror estaba en “Villa Koch”, una finca en la colina Ettersberg, muy cerca al campo de concentración, que era utilizada para todo tipo de tortura y depravación. Allí Koch mandó construir una especie de picadero para que su esposa desplegara todo su terror. Una de sus torturas favoritas era lanzar perros contra las embarazadas hasta que estos les generaban grandes heridas para luego ella reír dichosa de su hazaña.

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Pero el picadero no solo servía para torturar sino para que Ilse desbocara sus deseos carnales realizando orgías colectivas.

Pero sin duda, su colección de lámparas hechas con piel humana es quizás de los actos más terroríficos de Ilse. El matrimonio Koch seleccionaba los tatuajes más vistosos de sus prisioneros, arrancándoles los pedazos de piel y armando así sus terroríficas lámparas.

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Además, pedía encoger químicamente las cabezas de los presos para usarlas como esculturas en el comedor de su casa.

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Fueron casi ocho años de experimentos y torturas. En 1945 las tropas soviéticas llegaron a Alemania e Ilse huyó pero fue capturada, encarcelada y condenada a cadena perpetua.

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En 1967 y tras pasar 14 años en prisión, la “perra de Buchenwald” decidió poner fin a su vida. Se ahorcó con las sábanas de su cama en la prisión de Aichach (Baviera).

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Una mujer bella e inteligente que decidió poner sus atributos al servicio de la maldad y el terror.


Lo que queda claro es que la trepanación no solo se realizaba por salud sino por creencias, rituales o fe; una práctica que muchos califican como cruel y peligrosa.

Redacción Un Mundo de Misterio

Yoana Arenas Bedoya - @yarenasb

Gestor de contenidos: @soyjulianrod

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EL RITUAL DE LA TREPANACIÓN:

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